Hollywood como protagonista
Más que un simple espacio, Hollywood fue el personaje central. El icónico lote de Paramount se convirtió en un homenaje vivo a la llamada “fábrica de sueños”, donde luces, cámaras, humo y performance se unieron para borrar los límites entre desfile y rodaje. Modelos, actores y diseñadores compartieron escena en un formato que apostó por la experiencia sensorial y narrativa, más que por la exhibición tradicional de colecciones.
Para el universo de la moda de lujo, este giro no es menor: marca una nueva etapa donde la pasarela se convierte en espectáculo, la marca en narradora y la moda en historia.

Siete actos: cuando la pasarela tiene guion
El desfile se articuló en siete actos temáticos, cada uno inspirado en un universo cinematográfico distinto y diseñado por referentes de la moda y el vestuario de cine.
- Acto 1: “Hollywood Glamour”, homenaje a la edad dorada del cine, con piezas originales de Moulin Rouge! y The Great Gatsby.
- Acto 2: “The Renegades”, dedicado a lo rebelde, gótico y excéntrico, con ecos de Edward Scissorhands.
- Acto 3: “Historical Heroines”, una reinvención contemporánea de los dramas de época, donde la corsetería fue protagonista.
Los siguientes actos —Summer of Love, Avant-Garde, Afrofuturism y New World— completaron el recorrido estético y narrativo. Cada capítulo funcionó como una colección con guion propio, donde la moda se pensó no sólo como diseño, sino como dramaturgia y contexto visual.
Momentos estelares: la moda en su versión cinematográfica
La noche dejó escenas memorables que capturaron el espíritu de esta nueva era.
Nicole Kidman abrió el show en un vestido negro drapeado de Chanel, dirigido por Mathieu Blazy, evocando el glamour de Rita Hayworth en Gilda.
Kendall Jenner desfiló con el vestuario original de Moulin Rouge!, fundiendo el cine musical con la alta moda.
Angela Bassett reapareció como Queen Ramonda de Black Panther, con un atuendo de Ruth E. Carter durante el acto Afrofuturism, mientras que Doja Cat, con un vestido de malla inspirado en Tina Turner, ofreció una performance que desafió las fronteras entre moda, música y espectáculo.
Para la audiencia profesional —diseñadores, estudiantes y creativos— estos momentos reafirman que el lujo contemporáneo no se limita a la prenda, sino que se construye a través de imágenes icónicas y experiencias inmersivas.




Alta costura, cápsulas y cultura posdigital
Aunque el evento no se presentó bajo el discurso de la sostenibilidad, sí delineó nuevos caminos para la alta costura en 2025.
Entre los puntos destacados:
- La cápsula colaborativa entre Fear of God y Vogue, compuesta por ocho piezas que reinterpretan el lujo americano con ADN californiano, disponible en edición limitada.
- La curaduría de vestuario cinematográfico junto a moda contemporánea, posicionando ciertas piezas como arte objetual, más que como prenda funcional.
- La dimensión digital y mediática del show, transmitido vía livestream bajo la dirección de un premiado realizador de cine y TV, reflejando que el lujo hoy también se mide por su alcance y puesta en escena global.
Este enfoque conecta con las transformaciones que estudian las nuevas generaciones del sector: la moda como relato multimedia, donde las colaboraciones creativas y la experiencia digital reconfiguran el valor del lujo.

Tres lecciones para la moda del futuro
Vogue World: Hollywood 2025 deja lecciones clave que resuenan más allá del evento:
- La moda como narrativa audiovisual: la pasarela ya no sólo presenta prendas, sino historias; une cine, música, arte y performance.
- El lujo como experiencia: la pieza cobra valor por el momento que genera, por la emoción que despierta y la historia que cuenta.
- La convergencia creativa: diseñadores, vestuaristas, artistas y cineastas trabajan en conjunto, dando lugar a una alta costura interdisciplinaria.
Para los amantes de la moda, los diseñadores emergentes y quienes estudian su evolución, este encuentro es un manifiesto contemporáneo sobre cómo las marcas deben pensar más allá del vestido: en la narrativa, la emoción y la cultura.


Epílogo
La noche del 26 de octubre, Paramount Studios se transformó en una pasarela cinematográfica. Vogue World: Hollywood 2025 no mostró simplemente colecciones: contó historias.
Del glamour dorado al futurismo afrocéntrico, del drama de época al avant-garde digital, el evento reafirmó que la moda del siglo XXI se filma, se comparte y se recuerda.
Hoy, la pasarela es cine; el vestido, un símbolo; y el lujo, una experiencia que se vive tanto en pantalla como en la memoria.

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