La figura de Vivienne Westwood vuelve al centro de la escena con “Ella y sus perlas”, una exposición itinerante que desembarca en China para revisar casi cuatro décadas de archivo, diseño y pensamiento estético. No se trata de una retrospectiva de moda: es una radiografía íntima de cómo la joyería en Westwood funcionó como un lenguaje político, cultural y profundamente personal.
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Las perlas como provocación
En el universo punk, el adorno era símbolo de resistencia; en el universo aristocrático, símbolo de clase. Vivienne Westwood decidió unir ambos mundos.
Desde los años 80, la diseñadora británica tomó las perlas —un elemento tradicionalmente asociado a la elegancia conservadora— y las reconfiguró como una herramienta de rebeldía. Con collares sobredimensionados, tiaras barrocas y pendientes que rozaban el exceso, Westwood cuestionó quién tiene derecho a portar la nobleza y quién define lo que se considera “bello”.
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La exhibición presenta piezas históricas que acompañaron esa transformación: joyas que se lucieron en pasarelas icónicas, en editoriales de culto y en colecciones donde el punk dejó de ser un gesto callejero para convertirse en filosofía de moda.
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Del anti-establishment a la corte británica
Una de las tensiones más fascinantes de la propuesta es la paradoja Westwood: la diseñadora que desafió al sistema terminó siendo reconocida por él. La colección expone piezas que dialogan con símbolos como la Orden del Imperio Británico, la corona, los emblemas militares y los códigos heráldicos.
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Lejos de celebrarlos, Westwood los reapropió: los tomó, los deformó y los devolvió como arte portable, recordando que la historia también puede usarse en contra de quienes la dictan.
Una narrativa que atraviesa generaciones
La muestra no solo exhibe joyas: exhibe contexto. Fotografías, looks completos y audiovisuales reconstruyen el impacto de Westwood en la cultura global, desde el underground londinense hasta alfombras rojas.
Para quienes conocen la marca solo por el logo del orbe con cruz, la exposición abre otra lectura: Vivienne no creó íconos para vender, los creó para pensar. El accesorio como manifiesto político; el ornamento como arma estética.

Westwood sin Westwood
Tras la muerte de la diseñadora en 2022, la maison continúa explorando su legado. La exposición funciona como diálogo post mortem: ¿qué queda cuando la creadora ya no está?
La respuesta se encuentra en cada pieza: queda un método. La idea de que la moda no es anestesia, sino herramienta de transformación cultural. Que el lujo puede ser contracultura. Que la belleza, cuando se emancipa, puede incomodar.
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